La pobreza es un problema con el que cada vez más niños sufren a nivel mundial. Es un problema que hace estar a los niños en riesgo de exclusión social.
La pobreza se considera un factor principal de riesgo. Algunos de los factores relacionados con la pobreza que puedan poner a un niño en riesgo de fracaso escolar son: padres muy jóvenes, con un nivel educativo muy bajo; el desempleo; abuso y negligencia; abuso de substancias; barrios peligrosos; la falta de vivienda; la movilidad; y la exposición a experiencias educativas inadecuadas o inapropiadas.
Ser capaz de identificar y entender a los niños que están en situación de riesgo es fundamental si hemos de apoyar su crecimiento y desarrollo. Con el fin de hacer esto, es necesario desarrollar entre los maestros y los niños relaciones cálidas y afectuosas. Esto permitirá a los profesores detectar cualquier signo de alarma que pueda poner a los niños en situación de riesgo para el fracaso, lo que interfiere con sus posibilidades de éxito en la escuela y la vida. Los problemas académicos y de comportamiento pueden ser indicadores de fracaso inminente. Entre estos comportamientos se destacan: el retraso en el desarrollo del lenguaje, retraso en el desarrollo de la lectura, la agresión, la violencia, el aislamiento social, el abuso de sustancias, la asistencia irregular, y la depresión.
La alta movilidad es un síntoma de la pobreza y sus factores sociales circundantes. Los niños de la pobreza pueden vivir en lugares que alquilan por semanas o incluso días. Pueden pasar de una ciudad a otra como mientras su padre busca trabajo o evade problemas (como un esposo abusivo, antecedentes penales, responsabilidades financieras). Pueden vivir en refugios para desamparados o refugios para mujeres maltratadas que sólo permiten breves estancias. Pueden vivir en las calles. Las condiciones en las que viven y sus experiencias de la vida del día a día pueden tener un efecto significativo en su educación y el logro. Mudarse es un evento muy emotivo para los niños. Combine este tema con la multitud de otros problemas que enfrentan los niños móviles y sin hogar y el impacto en su desarrollo emocional, social y cognitivo puede ser abrumador.