Los niños que están excluidos a menudo no están comprometidos con el estilo tradicional de aprendizaje; muchos tienen necesidades de educación especial y requieren un formato más interactivo. Cuando queda claro que un estudiante está luchando para prestar atención, puede ser útil explorar las opciones de las aulas virtuales.
Se puede acceder a las aulas virtuales con una computadora, tableta o teléfono inteligente, lo que significa que los estudiantes pueden acceder al contenido en un entorno más propicio para sus necesidades de aprendizaje.
En el caso de que sea necesaria una exclusión de la escuela, las aulas virtuales pueden estar disponibles para los estudiantes que tienen una provisión a corto plazo, o para aquellos que requieren una provisión alternativa.
Debido a que las escuelas pueden crear su propio plan de estudios o usar lecciones estandarizadas de acuerdo con los requisitos del gobierno, estos sistemas de apoyo en línea son ideales para cualquier grupo de edad para aquellos que realizan cursos básicos, académicos o vocacionales. Los cursos son impartidos por instructores que los estudiantes pueden pedir ayuda, comentarios, comentarios y dirección.
La finalización de las actividades, independientemente de la hora y el lugar, hace posible realizar un seguimiento de la asistencia, asegurando que todos los estudiantes estén progresando a través del aula virtual. Además, el aprendizaje virtual brinda la oportunidad de incluir cursos de aprendizaje electrónico y recursos sobre el bienestar y las habilidades de manejo del comportamiento, que pueden permitir que un niño regrese al aula principal y, más adelante, a florecer en la sociedad.
A veces, todo lo que se necesita para que un estudiante vuelva al redil es un enfoque diferente de la educación. Si bien esto no siempre es posible dentro de las cuatro paredes de un salón de clases, las escuelas no deberían considerar las soluciones tecnológicas.
Además de proporcionar un ambiente positivo, un componente clave para reducir las exclusiones es poder rastrear y monitorear la interacción y el progreso de un estudiante con las lecciones. Esto puede ser difícil para un maestro en un aula llena de niños, pero las aulas virtuales son minas de oro para este tipo de datos. La capacidad de ver dónde está luchando un estudiante, y así ajustar las próximas actividades, asegurará que los niveles de compromiso se mantengan altos, se reconstruya la confianza y no sean necesarios más pasos punitivos.