La infancia es especialmente vulnerable a las consecuencias de la pobreza y la exclusión social, ya que sus capacidades físicas, mentales, emocionales y sociales están en plena evolución.
La exclusión social infantil puede medirse a través de diferentes métodos. Habitualmente suelen utilizarse los índices de desigualdad, o las medidas de pobreza, o los índices de polarización social.
Cada año, un número creciente de niños están entrando en las escuelas con necesidades y circunstancias, tales como la pobreza, que las escuelas no están preparadas para enfrentar. Recibiendo una educación limitada sin poder desarrollar su capacidad intelectual. Hoy día el mundo es globalizado y es necesario que los niños desde edades tempranos aprendan a comunicarse de forma global. De ahí que una educación bilingüe aporte gran valor a los niños para que a largo plazo cuenten con recursos para poder des autodependientes y un futuro próspero.
Los niños adquieren numerosos beneficios derivados de una educación bilingüe. El desarrollo del bilingüismo en niños a temprana edad provoca que las conexiones neuronales en el cerebro de los niños bilingües, sean diferentes que las de los niños monolingües, aumenta la capacidad para socializarse y retrasa la aparición de los síntomas del Alzheimer en una media de 5 años respecto de las personas monolingues.
Una educación bilingüe produce un gran número de beneficios en el niño a lo largo de su vida: beneficios en habilidades intelectuales, beneficios socio-culturales, económicos y para la salud.